Welcome to my blog :)

rss

lunes, 16 de mayo de 2011

Choose one

Llega un momento en la vida en la que debes elegir una cosa u otra.
Blanco o negro.
Cielo o tierra.
Beso o abrazo.
Amor o sexo.
Tú o yo.
Sí o no.
Una mirada o una caricia.
Carne o pescado.
Letras o ciencias.
Madonna o Lady Gaga.
Rosa o azul.
Él o tú.
Bien o mal.
Me quiere o no me quiere.
Y en ese momento en el que quieres decidirte, un circuito de neuronas te lleva a cambiar de opinión, lo cual te lleva a volver a cambiar de opinión por otro entramado neuronal, que a su vez..
Y así, eternamente, hasta que decides cortar por lo sano. O cortas la red y dejas caer lo que venga, o te mantienes con la red intacta y todo lo que contenga, sin poder renunciar a nada.
Y todo se hace más complicado porque no estás, porque no te veo a mi lado dictándome qué debo hacer. No tengo a nadie que me diga si está bien o está mal lo que hago o pienso.
Ese amor que debería mecerme todas las noches no sé si existe o es producto de esta perturbada imaginación que te echa tanto de menos.
Sí, te echo de menos, a pesar de no tenerte, ni de haberte tenido. Y quien sabe siquiera de si poder tenerte.
Porque me haces falta hasta el extremo de sentir necesidad por oirte, sentirte, o saber que estás ahí. Y que seguirás estando aún cuando me de la vuelta y no pueda verte.
Pero siempre quedarán eternas preguntas sin respuesta: ¿acepto o no acepto? ¿Seguirás estando ahí siempre? ¿Qué quieres de mí? ¿Me deseas tanto como yo a ti? ¿Quieres estar conmigo? ¿Me echas de menos? ¿Me quieres?
__
__
__
Y mientras tanto, sigue la lucha encarnizada en esta pesadilla
sobre el ladrón de guante blanco que
se llevó mi corazón a lo más
oscuro de su escondite.